Vivimos la ilusión de que el amor te lo da el otro, venimos a aprender a amarnos a nosotros mismos, sin embargo todo queda en una fantasía mental, emocional o incluso sentimental, que no sabemos cuán cierta es hasta que lo experimentamos con el otro. Estoy de acuerdo que todos hemos venido a completarnos a nosotros mismos, pero no hay nada más real que el reflejo que el otro nos brinda.

   No hay nada más rico para experimentar que el AMOR, el amor con el otro en cualquiera de sus manifestaciones, es lo que completa al ser humano, necesitado más de dar amor que de recibirlo. Y El amor de pareja, el mayor desconocido, con el regalo añadido de la sexualidad sagrada, ese encuentro tan mal entendido y mal utilizado. Algo tan bello, tan poderoso, y tan mágico…aquello a lo que le tenemos miedo y entramos solo por el premio superficial sin querer mirar adentro de la cueva, donde está el gran tesoro.

   Hacer el amor es bonito cuando se pone entrega, vivir el sexo nos abre a experimentar sensaciones, pero yo hablo de otro espacio donde la conexión con el otro es una experiencia mística no comparable a nada. Para acceder a ese `Maná´ hay que llegar habiendo hecho los deberes, hay que poner alma, apertura, conciencia e inocencia, saber que una vez que le abres la puerta a la energía, deberás dejar que te lleve a lugares profundos, desconocidos y transformadores que te pueden devolver a alguien que no crees ser tú, para iniciar ese viaje elije bien a tu compañero o compañera, porque es una travesía que no tiene regreso, no encontrarás el puerto donde partiste, has de saber que todo con lo que contabas antes de partir se lo llevarán las olas. Por eso, elije bien con quien realizas tu partida, ha de ser afín a ti, ha de tener la misma intención, apertura y amor hacia lo desconocido, el mismo amor y admiración hacia ti y hacía sí mismo, para permitiros ser una misma ola en el inmenso mar.

   Esa persona que elijas ha de compartir un compromiso contigo, no se trata de ser monógamos, no se trata de prohibir la infidelidad, en este nivel de entrega eso no existe. Existe la elección desde el Alma, existe esa cercanía íntima que supera lo físico y que lo incluye, ese abrazo mágico que hace que seamos un único movimiento, fundiéndonos en el fuego d esa energía. No debe haber condicionamientos previos, sin querer dirigir una fuerza que opera sola, dejar que esa fuerza se exprese a través del cuerpo y del alma. Cuando se convoca a esa fuerza no es controlable. Se requiere de completa apertura, no miedos, y deseo de explorar con completa confianza.

El abrazo inicial puede ser calmo al principio y convertirse en algo incontrolable de un momento a otro. Requiere de práctica para aprender a dirigirla, pero el primer paso es no poner barreras ni querer condicionarla. Por eso elige bien al alma que te acompañe, busca quien tenga la llave a una puerta que no es fácil abrir, a lo mejor nos has dado muchas copias de esa llave, comparte con el alma que sí te reconozca en lo mas profundo como tú le reconozcas a él o a ella, que ese reconocimiento sea compartido para poder hacer el trabajo que sólo se puede hacer con el otro.

Caminante, Te deseo buen camino, y que la vida nos encuentre disfrutando de cada paso.

   El abrazo inicial puede ser